El Museo de las Américas presenta la exposición titulada: Biomórfico del artista puertorriqueño Héctor Rafael Rodríguez. La muestra cuenta con 23 pinturas al óleo que fueron producidas por el artista entre el 2010 y el 2015. En ellas se explora la coexistencia inclusiva y armoniosa a través de imágenes donde se unen referencias anatómicas y botánicas. La fusión de géneros provoca la comunión de los desnudos con disímiles abstracciones hasta crear profundas escenas sicológicas en donde la calidad andrógina de las formas rompe con los esquemas tradicionales de masculinidad y feminidad. Individuo y naturaleza mantienen una continuidad unificadora de una imagen colmada por una belleza orgánica, triunfante y difundida a través de diversos soportes pictóricos.
Héctor Rafael cuenta con un Bachillerato en Artes Plásticas con concentración en Pintura del Colegio de Artes Visuales de Syracuse University y una Maestría en Educación de Bellas Artes del Programa Graduado de Educación de la Universidad del Turabo. La obra de Héctor Rafael ha sido expuesta en Puerto Rico, Nueva York, Boston, Chicago, Doral (Florida), Milledgeville (Georgia), Estambul (Turquía) y Florencia (Italia). Su trabajo artístico forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Francisco Oller y Museo de Arte de Caguas junto a otras colecciones de gran prestigio.
Héctor Rafael
Pintor, dibujante y educador. Nació en Santiago Compostela (España) de padres puertorriqueños en 1973. Su familia regresa con él a Puerto Rico cuando tenía tres años de edad y es allí donde crece y aprende a apreciar la riqueza de su herencia cultural. En el 1995 el artista completó un Bachillerato en Artes Plásticas con concentración en Pintura del Colegio de Artes Visuales de Syracuse University. Héctor Rafael trabajó como catalogador y manejador de arte (de 1996 a 2002) para varios departamentos de la casa de subasta Christie’s en la ciudad de Nueva York (Departamento de Arte Latinoamericano, Departamento de Pintura Europea del S. XIX, Departamento de Arte y Objetos Marítimos). Durante ese período tuvo la oportunidad de estar en contacto directo y estudiar con detenimiento la obra de algunos de los artistas de mayor relevancia en la historia del arte. En el 2002 el artista regresó a Puerto Rico, completó una Maestría en Educación de Bellas Artes del Programa Graduado de Educación de la Universidad del Turabo y ha estado exponiendo constantemente en museos y galerías.
La obra de Héctor Rafael ha sido expuesta en Puerto Rico, Nueva York, Boston, Chicago, Doral (Florida), Milledgeville (Georgia), Estambul (Turquía) y Florencia (Italia). Su trabajo artístico forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Francisco Oller y Museo de Arte de Caguas junto a otras colecciones de gran prestigio.
Biomórfico (por Héctor Rafael)
Biomórfico es la exposición pictórica de seres transfigurados que superan la fragmentación. En ella, presento escenas en donde las disecciones anatómicas se fusionan hasta lograr la reconstrucción del individuo a través de las representaciones de cuerpos que trascienden tiempo y espacio al crear un vínculo entre el universo interno y externo del ser humano. La representación de estos desnudos seccionados y reconstruidos sugiere también sexualidades que han sido interrumpidas, manipuladas y luego magnificadas para la contemplación pública. La fusión de géneros provoca la comunión de los desnudos con disímiles abstracciones hasta crear profundas escenas sicológicas en donde la calidad andrógina de las formas rompe con los esquemas tradicionales de masculinidad y feminidad. En mis lienzos, las figuras se liberan para que el ser humano y su propósito se conviertan en uno, desnudo e indiviso.
La coexistencia entre la flora y las referencias anatómicas se patentiza en algunas de las imágenes que componen la muestra. Estas comparten el protagonismo con paisajes anímicos escindidos solo por los espacios negativos que separan cada lienzo, como si con ello se revelara el agravio al que han sido sometidos el ambiente y la individualidad de sus habitantes. Individuo y naturaleza mantienen una continuidad unificadora de una imagen colmada por una belleza orgánica, triunfante y difundida a través de diversos soportes pictóricos.
Por último, la presencia de un círculo flotante en muchas de mis pinturas puede actuar ya como eje central de la obra o como un elemento que proporciona balance a la pieza. Este habitualmente acompaña las formas carnales que transmutan en su presencia. En las obras donde el círculo abandona el lienzo, el espacio se fragmenta pero la imagen se extiende incesante por el espacio. El círculo es el único elemento de mi obra donde no existe volumen, luz o sombra para establecer un contraste con las formas anatómicas que lo acompañan; de esta manera contrasto el mundo material y aquello que no es parte de este pero es omnipresente. El círculo también enfatiza el dialogismo constante que existe en mi obra pictórica entre lo terrenal y lo etéreo, lo carnal y lo espiritual, entre el artista y su inspiración.
Mi propuesta artística invita a experimentar la coexistencia inclusiva, armoniosa y esperanzadora. Mis lienzos, formas luminosas nacidas para el deleite y la introspección, reverberan la energía incontenible e inmutable que renace, unifica y transforma.